José Carballo, presidente de UNEmadera: «La madera es el material del siglo XXI»

Impulsar el uso de madera estructural para la construcción, apostar por la bioeconomía para garantizar la sostenibilidad y mejorar la formación profesional de la familia MAM. Carballo repasa los desafíos más importantes que debe asumir la industria maderera en una charla con alumnos de formación profesional del CIPFP Politécnico de Santiago de Compostela, a quienes ha transmitido que este sector está en auge y es uno de los más atractivos.

José Carballo, actual CEO de Finsa y presidente de UNEmadera, ha llevado a cabo una presentación en el CIFP Politécnico de Santiago de Compostela sobre la cadena de la madera en Galicia y España, en lo que ha sido un repaso sintetizado sobre el proceso de este material desde el árbol hasta el consumidor final analizando cada uno de los eslabones. Durante su intervención, conceptos clave como la sostenibilidad, la economía circular y la tecnología se han repetido en numerosas ocasiones.

Su exposición es la primera de un conjunto de intervenciones temáticas previstas para los próximos trimestres y que se engloba dentro de la iniciativa Madeira FP Galicia. Este proyecto es fruto de la colaboración entre FINSA y docentes de la Comunidad Autónoma de Galicia cuya finalidad es servir de apoyo a los profesores y profesoras en su labor de enseñanza a distancia

“La pandemia ha desbordado la cadena de la madera en Europa»

Mientras otros sectores de la economía mundial se han visto afectados negativamente por la COVID-19, la industria maderera ha sufrido el efecto contrario. Para Carballo, este fenómeno se explica por dos razones. «Por un lado, la pandemia nos ha dicho qué es esencial para la vida. La sanidad y la alimentación lo es. De repente, la casa se ha convertido en el lugar desde donde trabajamos o estudiamos así que ha adquirido relevancia. En todas las crisis, la madera sufría más que otros sectores porque las personas daban prioridad a necesidades básicas pero ahora no», destaca. Y añade: «Es la primera vez que la cadena de la madera en toda Europa está desbordada de trabajo y pedidos».

«El segundo aspecto está relacionado con la industria local. Hemos visto a Europa desabastecida y nos hemos dado cuenta de que muchos productos elementales proceden de China. El COVID nos demuestra que no es posible que la industria dependa de lo que viene del otro lado del planeta. Tenemos que confiar en la industria local. La economía circular y el kilómetro cero se convierten en esenciales», comenta.

Los dos grandes retos del sector

1) Mejorar la formación

Uno de los principales desafíos que afronta el sector es la adaptación de la oferta formativa a las necesidades reales de las empresas, un aspecto en el que todavía hay mucho margen de mejora. «La oferta educativa en FP es insuficiente porque, mientras que para el hábitat rural y el área del mueble hay una serie de disciplinas aprobadas, para la industria de la transformación había muy poca oferta formativa, hasta hace bien poco, cuando se publicó en el BOE el nuevo título de FP«, reclama.

Esta situación que explica Carballo ha desembocado en que muchas entidades hayan tenido que buscar personal cualificado más allá de nuestras fronteras porque en España no encontraban masa laboral suficiente. «Por ejemplo, los rematantes de Lugo han estado mucho tiempo acudiendo a Rumanía para encontrar trabajadores para atender a sus procesos,  los aserradores de A Coruña están constantemente trayendo gente de Sudamérica para trabajar en sus empresas y, de los 1200 empleados que tenemos en FINSA, 1050 provienen de la FP pero apenas 50 de ellos han estudiado ciclos formativos relacionados con la madera», dice el CEO de esta empresa, a quien también le consta que empresas de contract han llegado a contratar hasta 500 empleados portugueses en plantilla. «Mientras tanto, el paro juvenil de España está en torno al 40%», añade.

2) Optimizar los proyectos industriales

Otra de las líneas de actuación que, para José Carballo, es preciso materializar en los próximos años está relacionada con la optimización de proyectos industriales y la introducción de cambios tanto en la transformación mecánica como en la transformación química de la madera para añadir valor añadido a ambas.

«Hoy en día, aplicamos la madera sólida a cosas de poco valor: envases, embalajes, cajas de vino. Hay que darle más valor a la tabla gallega. ¿Cómo conseguirlo? Apoyándonos en el sector de la construcción«, reconoce.

Es una realidad que la madera se está convirtiendo en el gran aliado de la arquitectura, en parte por tratarse de un material sostenible y, por tanto, su aplicación en edificios, oficinas y viviendas se está extendiendo a un ritmo vertiginoso. «Hoy hay tratamientos para que la madera soporte las temperaturas exteriores así que las tablas se podrían aplicar desde ya, a las fachadas exteriores y también para la decoración interior aunque principalmente hay que poner el acento en la construcción en altura», argumenta.

«La madera es el material del siglo XXI y tiene la intención de coger cuota de mercado frente al cemento y el hierro. En Austria, Alemania, Suecia, Noruega e Inglaterra los edificios de madera están alcanzando los 18 pisos de altura. En estos países la cuota de mercado de la madera estructural (CLT o LVL) se sitúa por encima del 20%. Galicia va a tener a principio del año 2021 madera estructural CLC. Esto significa un cambio en los estudios de arquitectura para saber tratar esta madera. Hasta ahora, las casas se están construyendo igual que hace un siglo, con operarios y un camión que vacía el cemento», prosigue.

«La industria de la construcción tradicional está en absoluta crisis. Solo por estricta economía están buscando cómo industrializar la construcción de viviendas y la madera lo está haciendo y está permitiendo construir edificios en muy poco tiempo. Esta es la revolución que está ocurriendo en Europa y a España va a llegar», asegura.

Por otra parte, la transformación química de la madera adquiere fuerza por la tendencia global a sustituir los productos derivados del petróleo. «Está estrechamente relacionada con la bioeconomía. Los recursos fósiles tienden a desaparecer, no son renovables. Por ejemplo, la industria textil no recicla nada. La ropa se vende tan barata que tiramos lo antiguo y compramos prendas nuevas. Esto no es sostenible. Por eso, ahora Galicia está trabajando en un proyecto tractor para la transformación química de la madera que genere tecnologías con valor añadido y con sustitución de productos perniciosos para el medio ambiente como el algodón o el plástico», anuncia.

La madera y los Objetivos de Desarrollo Sostenible

Durante la clase, José Carballo también ha querido hablar sobre la importancia de establecer unos valores y una cultura empresarial que vayan más allá de maximizar beneficios y reducir costes, una mentalidad exclusivamente económica de la que él prefiere alejarse, en favor de la sostenibilidad.

“¿Creéis que la prioridad de una empresa es ganar dinero? No, eso solo es la consecuencia. Si el propósito de una entidad es solo ganar dinero, probablemente no lo conseguirá. Pero si se propone aportar un valor a la sociedad y al entorno de tal forma que si no existiera, nuestros vecinos fueran más pobres, ese es un buen propósito. Si os preguntáis esto a la hora de apostar por un proyecto, os aseguro que en el campo de la madera lo estaréis conectando con el reto más importante que tenemos, que es garantizar la sostenibilidad del planeta«, reflexiona.

«¿Pero por qué tiene sentido trabajar en la madera? Yo necesité preguntarme eso cuando empecé. Y cada uno de nosotros necesita trabajar en algo más allá que por un buen salario. El desarrollo sostenible es el fundamento de lo que quiero transmitiros. Casi 200 países en 2015 adoptaron 17 Objetivos de Desarollo Sostenible (ODS) que pasa a formar parte de la constitución del mundo, algo así como la norma suprema para el planeta, unas pautas sobre qué tiene que hacer la Tierra para ser sostenible. ¿Sabíais que llegados el mes de junio, ya habíamos agotado los recursos de la Tierra para todo lo que resta de año? A partir de ese momento vivimos de crédito», relata.

«En este contexto, la madera es un material sostenible por excelencia, de los pocos que tenemos en nuestras manos. La madera está presente en la mayor parte de los ODS. Por tanto, trabajar en el mundo de la transformación de la madera significa trabajar en que cada día se utilicen menos productos lesivos y se fomente la sostenibilidad del planeta. La madera puede sustituir a una gran cantidad de esos productos contaminantes y es la forma que tiene la humanidad para contribuir al sostenimiento del planeta. ¿Hay algo más noble que esto?«, afirma.

La aplicación de la tecnología

Además de por su gran aporte en el camino hacia la sostenibilidad, el sector de la madera también es atractivo por el elevado nivel de innovación tecnológica que cada vez más, lo caracteriza. Y es que en el imaginario colectivo de la sociedad se encuentra la idea de una explotación forestal asociada a imágenes como una pila de troncos recién cortados o una fábrica serrando madera. Sin embargo, se tratan de conceptos anticuados que se alejan de la realidad actual.

«Hoy en día hay tecnologías suficientes para que, desde tu propio móvil, te posiciones en una parcela y una aplicación te dé un número catastral, te diga qué tipo de madera hay o incluso te aconseje qué especie iría mejor en ese terreno. Otro de los recursos que se están utilizando para inventarios y muestreos son los drones«, asevera.

Además del software y el hardware novedoso que se utiliza ya sobre el terreno, en las plantas y fábricas también se han ido incorporando avances tecnológicos hasta el punto de que, para Carballo, las instalaciones de madera técnica son prácticamente incomparables con otras industrias gallegas, salvo las del automóvil.

«Actualmente se está utilizando electrónica y robótica de última generación, haciendo que los procesos mecánicos estén plenamente automatizados. Esas imágenes decimonónicas sobre la cadena de la madera son cosa del pasado. Esta es una cadena tecnológica», considera.

Como consecuencia de este nivel de implantación de tecnología, la industria maderera en Galicia ha conseguido integrar muchos de los procesos de la cadena de suministro. Entre sus aplicaciones destaca el desarrollo de una economía circular. «Aquí llevamos practicándola desde hace 80 años. Aquello que no sirve para hacer pasta de madera, sí le vale a la industria de la madera técnica aglomerada. Y lo que le sobra a un aserradero de serrín no se quema, sino que lo aprovecha la industria de la madera técnica», pone como ejemplo.

El recurso y la propiedad en Galicia

El desarrollo de la industria maderera en tierras gallegas no es una cuestión baladí porque Galicia es uno de los lugares de España con mayor terreno forestal, en concreto hay «dos millones de hectáreas distribuidas en 800.000 terrenos«. Pese a la gran cantidad de tierra disponible, la división en minifundios y la gestión de la misma son dos de sus principales condicionantes. «Apenas 100.000 hectáreas están certificadas. Eso garantiza que cortamos más de lo que el monte produce y lo que lo convierte en verdaderamente sostenible. La certificación también garantiza que la explotación se está haciendo aplicando las mejores prácticas», apunta Carballo, quien pone en valor las condiciones del clima atlántico que favorecen la producción de madera.

En cuanto a la extracción, el presidente de UNEmadera afirma que en Galicia se están cortando entre 10 y 11 millones de toneladas de pino y eucalipto al año,  lo que se traduce en unas 40.000 hectáreas anuales en unas 70.000 parcelas catastradas.

Las empresas de servicios

El segundo de los eslabones de la cadena de madera son las empresas de servicios, un agente crucial para el sector, porque va a «convertir el pino en un modelo de economía rural para competir con el eucalipto». «Habitualmente estas empresas tienen viveros que van a permitir que en Galicia se plante una genética que nos de troncos por encima de 35 metros en 20 años», dice.

En materia de formación profesional, estas organizaciones resultan interesantes porque presentan elementos de ingeniería y maquinaria pesada para desarrollar su actividad, razón por la que «se están nutriendo de alumnos de FP para trabajar».

Los rematantes

«Los rematantes son los profesionales que compran madera en pie, la explotan y la llevan a las industrias aunque también pueden ser contratados solamente para las labores de tala», asegura el CEO de Finsa.

En el caso de Galicia, hay alrededor de 300 empresas dedicadas a esta actividad. Carballo ha destacado que estos profesionales están «muy tecnificados» como consecuencia de las inversiones públicas y subraya que gracias a su elevada competitividad «obtenemos madera a un coste razonable».

La industria de 1ª transformación

La industria de primera transformación, actualmente, se reduce a aquellos aserraderos encargados de tratar la madera para fabricar tablas y comercializarlas. «En Galicia son muy competitivos pero, por desgracia, aportan poco valor añadido. A una pequeña parte de las tablas que producen se les da una segunda transformación Son los continuadores de una enorme tradición porque antaño prácticamente cada aldea tenía uno. Pese a la crisis aún perduran más de 150«, cuenta.

La madera técnica o el tablero

El término ‘madera técnica’ es, quizá, más desconocido para los consumidores puesto que durante mucho tiempo se le ha conocido popularmente como ‘tablero’. Sin embargo, considera el presidente de la patronal que el concepto madera «tiene 100 connotaciones positivas en la mente del consumidor, a diferencia de lo que ocurre con la palabra ‘tablero'».

«En Galicia, hay tres fabricantes importantes que producen alrededor del 30 o 35% de la madera técnica de la Península Ibérica», anuncia.

El contract

Cuando hablamos de contract, nos referimos al mobiliario diseñado para empresas y profesionales: hoteles, restaurantes, cafeterías, oficinas, estudios de arquitectura, etc. El auge de este sector vino de la mano de la crisis económica del 2008, momento en el que las organizaciones tuvieron que reinventarse y buscar alternativas a la venta de muebles para el hogar.

«En el pasado, Galicia nunca destacó tanto como País Vasco, Comunidad Valenciana o Catalunya en el mueble. Sin embargo, la evolución del mundo del mueble al contract ha hecho que Galicia destaque en este sector», afirma.

«En sus orígenes, estas empresas surgieron a la sombra de Inditex pero hoy en día trabajan con aeropuertos, transatlánticos, tiendas y hoteles de lujo. Además de las gallegas, hay otras empresas de contract muy significativas en otros lugares de España como Zaragoza, Madrid o Barcelona. Es un fenómeno interesante», comenta.

La celulosa

Pese a que hasta ahora hemos hablado de la transformación técnica de la madera, la transformación química es también uno de los eslabones destacados de la cadena. ¿Por qué es tan importante? «Por dos razones. Primero, porque una buena parte de la bioeconomía nace con la transformación química y, segundo, porque sus ciclos económicos no se alternan. Por ejemplo, en 2008, la cadena de la madera perdió el 60% de su mercado. Sin embargo, el monte aguantó durante esa etapa porque el mundo de la pasta y el papel no tuvo crisis. Esto permitió reducir el impacto de la crisis y mantener los equipos humanos de las empresas», reconoce Carballo, aunque lamenta que esta industria no esté integrada en España en la cadena de la madera como sí ocurre en otros países como Portugal.

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